Oregon tiene demasiado cannabis; dos nuevas leyes podrían ayudar al estado a manejar el excedente - Los Angeles Times
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Oregon tiene demasiado cannabis; dos nuevas leyes podrían ayudar al estado a manejar el excedente

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La familia de Matt Miller cultivaba marihuana en Oregon desde mucho antes de su legalización.

Pero desde que el mercado se inundó del producto, después de que el uso recreativo fuera aprobado por los votantes del estado, en 2014, los precios se desplomaron, poniendo presión en el negocio que él maneja junto con su esposa, Rhea.

El exuberante clima de Oregon y la cultura tolerante a la marihuana dan por resultado grandes y buenas cosechas. Para integrar a los cultivadores del mercado negro en su incipiente industria legal, el estado distribuyó licencias generosamente, dejando así a Oregon con un enorme excedente de cannabis legal, más de lo que su pequeña población -de cuatro millones de personas- jamás podría fumar.

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Ahora, los legisladores de ese estado esperan abordar el problema con dos leyes que fueron promulgadas la semana pasada; una destinada a reducir el exceso de producción, y otra que busca establecer nuevos mercados para canalizar el sobrante.

El Proyecto de Ley 218 del Senado le otorga a la Comisión de Control de Licores de Oregon más poder para emitir nuevas licencias, con base en una evaluación de las condiciones de oferta y demanda. La SB 582 tiene como objetivo sentar las bases para, eventualmente, desviar el mercado de marihuana saturado del estado, dando al gobernador luz verde para acordar con otros estados la importación y exportación de cannabis.

Como es ilegal transportar cannabis a otros estados, la legislación de exportación dependerá de una acción en Washington, D.C., ya sea como un cambio en la ley federal o como una orientación emitida por el Departamento de Justicia de EE.UU que permita o tolere las transferencias interestatales.

La administración Trump ha sido hostil a la marihuana legal. El año pasado, el entonces procurador general Jeff Sessions rescindió una política federal de la era Obama, llamada memorándum Cole, que permitía a los estados legalizar marihuana sin la amenaza de una represión federal. El reemplazo de Sessions, William Barr, confirmó a los senadores de Estados Unidos en enero que no presionaría para ajustar las riendas (un enfoque que nunca se materializó con Sessions), pero que su postura de no intervención no significa de ninguna manera que la administración permitirá el comercio entre estados.

Adam J. Smith, fundador y director de Craft Cannabis Alliance, con sede en Oregon, quien ayudó a impulsar el proyecto de ley de exportación, es optimista de que el cambio a nivel federal está a la vuelta de la esquina, especialmente si un demócrata derrota a Trump en 2020.

Simplemente no tiene sentido, dijo, que los estados que legalizan la marihuana estén obligados a crear su propia industria autónoma. “Hay personas que usan agua en el desierto de Nevada para cultivar un cannabis mediocre, o en Florida, donde tienen que deshumidificar espacios gigantes, lo cual consume el doble de energía”, remarcó Smith. “Oregon no tendría el problema del exceso de oferta si pudiéramos acceder a mercados legales como estos”.

La marihuana de uso recreativo está permitida en 11 estados; el uso medicinal es legal en 33.

Smith y otros defensores están explorando la idea de impulsar un proyecto de ley similar -que otorgue a los funcionarios la autoridad para celebrar acuerdos comerciales de marihuana con otros estados- a través de la Legislatura de California. El objetivo final es mover el cannabis entre estados para 2021.

A diferencia de otros estados que han legalizado la marihuana recreativa, como California, Washington y Colorado, Oregon no implementó restricciones estrictas en el número de licencias de cannabis (algunos de estos estados también tienen exceso de producción de marihuana. Sin embargo, una proporción menor de la oferta es legal y está registrada, y su población es mayor, por lo que la dinámica de abastecer para la demanda no es tan rígida como la de Oregon).

Oregon reconoció que, durante generaciones, la cultura del cannabis ha sido parte de su estructura, y decidió permitir que los cultivadores del mercado negro ingresen al ámbito legal, según Andrew Livingston, director de economía e investigación de Vicente Sederberg, un bufete de abogados con sede en Denver que brinda servicios legales a empresas de cannabis.

“Pusieron anuncios, hicieron toda una campaña de ‘legalízate’ para atraer a los cultivadores de Oregon al mercado regulado, y funcionó. La gente saltó a bordo”, explicó Livingston. “Querían que fuera lo más fácil posible para que esos negocios se volvieran legales y tuvieran licencia”.

El resultado de ello fueron aproximadamente 2.100 productores matriculados hasta enero, y una cantidad tal de marihuana que se necesitarían unos 6.5 años para venderla toda dentro de Oregon sin generar más producción, según un informe del presente año de la Comisión de Control de Licor de Oregon.

Si ese fuera el caso, gran parte del suministro en realidad se echaría a perder, ya que tiene una vida útil de cuatro a ocho meses si está sellado y es mantenido fuera de la luz, detalló Livingston. Como resultado, muchos productores están convirtiendo sus suministros en aceite de cannabis, que dura un poco más, aproximadamente más de un año.

El precio medio de la marihuana en Oregon disminuyó constantemente durante dos años, de más de $10 por gramo en octubre de 2016 a menos de $5 en diciembre de 2018.

Debido a que el mercado está saturado, los Miller plantaron sólo en la mitad de sus 40.000 pies cuadrados de espacio permitido el año pasado, y a la vez, el precio de la flor ha caído precipitadamente. “Esas dos cosas realmente nos golpearon rápido y muy fuerte. Fue aterrador e intimidante”, afirmó Matt Miller.

Darle a la comisión más margen de maniobra para detener el flujo de nuevas licencias es un movimiento práctico por parte del estado, consideró Livingston. Pero es probable que la ley tenga un impacto limitado, porque el estado ya activó una suspensión en el procesamiento de nuevas licencias hace un año.

Una auditoría realizada en enero por la oficina del secretario de estado de Oregon encontró que los sistemas reguladores eran débiles y carecían de inspecciones adecuadas.

Oregon y California históricamente han sido los dos principales productores de marihuana en la nación, y los cultivadores en ambos estados exportan ilegalmente grandes cantidades (aunque es difícil cuantificar exactamente cuánto), expuso Hezekiah Allen, un cabildero del cannabis y ex líder de la Asociación de Productores de California. Ese estado, al igual que Oregon, lucha contra el exceso de cannabis. Aunque Oregon se convirtió en el primero en despenalizar la tenencia de cannabis, en 1973, no creó un programa de marihuana medicinal hasta 1998, dos años después de California.

Vessel Logistics, una compañía de distribución de cannabis con sede en San Francisco, precisó en un reporte que la industria del cannabis en California dependió excesivamente del mercado negro y de las ventas fuera del estado, lo cual hizo que los productores sobreestimaran la demanda real del estado, según el Sacramento Bee.

En California, un mosaico de reglas gobierna las jurisdicciones individuales. Alrededor del 75% de los municipios no permiten ventas minoristas, y es probable que allí existan operadores ilegales que llevan años vendiendo. La Oficina de Control de Cannabis de California envió cerca de 3.500 órdenes de cese y desistimiento a minoristas no autorizados desde enero de 2018.

El excedente de California se ve agravado porque el estado tiene una cantidad limitada de tiendas minoristas con licencia, y la gente no compra cannabis en ellas, consideró Allen. “No tenemos suficientes lugares para vender, eso es un gran problema. La gente de todo el país consume cannabis, pero muy pocos estados producen cantidades significativas”.

Señaló que la legislación de Oregon no sería útil para comerciar con los estados cercanos que también tienen un exceso de oferta. California tiene demasiado; al igual que Washington, otro de los primeros legalizadores.

“Es genial que Oregon intente ahora hacer algo, pero la verdadera solución realmente vendrá a nivel federal”, remarcó Allen.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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